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Marubeni sondeó activos de Aguas Chañar para subir su presencia en negocio sanitario

La operación fracasó en la fase de due diligence. La japonesa habría ofrecido unos US$ 40 millones por la firma.

Por: J. Esturillo / P. Vargas

 | Publicado: Jueves 10 de octubre de 2013 a las 05:00 hrs.
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“Después de haber posicionado el negocio del agua como una operación clave, Marubeni ha estado trabajando constantemente para ampliar el tamaño de la empresa”.

Esta es una de las ideas que la compañía japonesa incluyó en su informe anual 2013, que reveló a principios de agosto pasado, y que da cuenta de la intención de esta compañía de seguir creciendo en el negocio sanitario local.

En esta línea y durante seis meses, Marubeni, que ya es el tercer actor de este negocio, en términos de población abastecida, estuvo negociando la compra de Aguas Chañar, concesionaria que atiende a más de 87 mil clientes en la Región de Atacama.

Trascendió que en este proceso que finalmente no se concretó y se produjo cuando una nueva fijación tarifaria del sector está comenzando, también habría estado participando la dueña de Aguas Andinas, Aguas de Barcelona.

Conocedores del tema comentaron que la firma española habría abandonado el proceso tras presentar una oferta que fue considerada como insuficiente, tras lo cual la japonesa, que controla el holding Aguas Nuevas y en esta operación fue asesorada por el estudio Honorato, Russi & Eguiguren, pasó al due diligence, donde habrían surgido las diferencias que frustraron la operación, en la que Marubeni habría estado dispuesta a pagar unos 
US$ 40 millones para comprar la empresa.

“Los accionistas de Aguas Chañar fuimos contactados por distintas empresas para explorar distintas opciones y alternativas de colaboración en la ejecución de nuestro plan de inversiones por US$ 308 millones para 2013-2023”, dijo Jorge Icaza, presidente de Aguas Chañar, firma ligada a Icafal, Hidrosan e Inversiones Vecta, que también operan Aguas Patagonia de Aysén y Aguas San Isidro.

Otras fuentes que conocieron detalles de la operación comentaron que las discrepancias habrían surgido al analizar algunas partidas de la compañía, como la valorización de contingencias, asociadas a multas y otros hechos. Icaza explicó que buena parte del plan de inversión de Aguas Chañar corresponde a la construcción de una planta desalinizadora de agua de mar para la producción de agua potable. Este activo, dicen las fuentes, habría centrado el interés de la japonesa y la española, aunque Icaza precisó que por ahora “no hay conversaciones ni la intención de vender o incorporar nuevos actores a la propiedad de la empresa”.

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